Mostrando entradas con la etiqueta instalación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta instalación. Mostrar todas las entradas

PLAY: Violeta Caldrés en la galería Luis Gaspar

A continuación publico el texto que he escrito para la exposición "Play", de Violeta Caldrés, que se inaugura hoy, 10 de diciembre, en la Galería Luis Gaspar de Madrid (Alameda, 16). Espero que os acerquéis a visitarla.






Caleidoscopio y juego de espejos, la obra de Violeta Caldrés despliega ante nuestros ojos las infinitas complicaciones de la identidad y sus múltiples reflejos. Con sus formas ambiguas, su poderoso cromatismo y su inquietante complejidad, estos dibujos y recortables parecen surgidos del caos y, sin embargo, dan forma a una imagen definida y esclarecedora de las topografías íntimas de la vida contemporánea.




El título del proyecto, “Play”, es enormemente ilustrativo. Las relaciones de poder, las transacciones sentimentales, el amor como moneda de cambio y la fisicidad de las emociones son asuntos representados en forma de asunción de roles, de reglas pactadas, de juego infantil –en definitiva- para adultos. No es casual tampoco que el recortable se convierta aquí en soporte expresivo: las piezas se montan, se desmontan, se combinan entre sí y son intercambiables. Sin embargo, no hay ningún tipo de ingenuidad; el juego es la actividad más seria que existe y, en la obra de Violeta Caldrés, el juego tiene connotaciones nada triviales. La crisis económica y social que impregna todo afecta también al modo en que el hombre y la mujer capitalizan su cuerpo, su deseo y su sexualidad. Lo sexual –por ejemplo, lo genital- tiene en estos dibujos una fuerte presencia, y cumple dos objetivos; por un lado, subraya de manera exultante la importancia vital de esta dimensión humana y, por otro, cosifica el cuerpo para convertirlo en herramienta de negociación, en mercancía y en generador de oportunidades.





En sus dibujos, Violeta Caldrés busca sobre todo la autenticidad, lo inmediato y la comunicación directa con el espectador a través de la recreación de escenas cotidianas y simbólicas. Aquí lo que importa es el gesto –perfectamente depurado, por otro lado- que se transforma en escritura, en caligrafía íntima, en puesta en práctica de un lenguaje ya consolidado y con entidad propia. De hecho, el criterio que prevalece en estas obras es el de lo comunicativo, lo compartido, lo comprensible. La obra de Caldrés tiene mucho que ver con el arte popular, con claves icónicas manejadas durante siglos en culturas muy diversas. En ese sentido, nos encontramos ante una artista muy española, con lo que este adjetivo contiene de directo, pasional, emocional y, también, de asunción de distintas tradiciones iconográficas: la imaginería hindú –por ejemplo, en la disposición de los cuerpos- o el folclore árabe son influencias atípicas que proporcionan a estas obras una profundidad que, sin embargo, va mucho más allá de un simple pastiche multicultural. Muestra de ello es su delicado cromatismo casi finisecular –un poderoso contraste de rojo y negro sobre fondo siempre blanco- y, sobre todo, la enorme eficacia de su lenguaje. Lo bueno y lo malo, lo noble y lo indigno, lo feliz y lo trágico, lo infantil y lo erótico participan en este baile de máscaras que es “Play”, en esta infinita variedad basada siempre en componentes fácilmente identificables por todos: el cuerpo, el sexo, la mirada, el corazón o el dinero. Pasen, vean y reconózcanse.


Carlos Primo


PAULO EURICO VARIZ



Paulo Eurico Variz es uno de esos talentos versátiles y prolíficos que de vez en cuando surgen en la escena artística. Este joven artista portugués compagina su empleo diario como macroeconomista con una multitud de actividades creativas que él ejerce con frescura y sin prejuicios de ningún tipo. Diseña moda, pinta, hace collages y construye esculturas e instalaciones. Además, de vez en cuando trabaja como modelo. Lo más interesante de todo es el modo en que integra todas estas facetas bajo un fuerte contenido intelectual que sabe fagocitar y exteriorizar a través de su siempre sorprendente obra.


Podríamos decir que Variz es un artista conceptual, porque emplea distintos soportes para expresar un modo de pensamiento sólido y contundente. La primera vez que vi sus obras, quedé fascinado por su colección “Être libre”, que planteaba en términos fascinantes una relación entre la moda, el cuerpo y el desarrollo social: las prendas servían como índice de las potencialidades del cuerpo, como metáfora de la fuerza física y la capacidad de progreso. En consecuencia, el cuerpo y la forma de vestirlo se revelaban como un elemento de liberación y de igualdad: un humanismo radical y altamente efectivo en su contenido y en su formulación.



La obra de Variz plantea una interesante reflexión sobre los cuerpos, los objetos y la relación de su representación con la realidad. De ahí proceden, por ejemplo, sus creaciones cubistas, cuyos principios él conoce a la perfección, y que dan lugar a instalaciones tan inteligentes como la expuesta en el Convento de Cristo en Tomar.

La suya es una creatividad portentosa, una enorme capacidad de generar nuevas ideas y formas de expresión y, sobre todo, una auténtica pasión por ello. Por todo esto, Variz se revela como un talento muy a tener en cuenta, y no hay duda de que en el futuro nos sorprenderá con más obras rotundas, poderosas: obras ante las que uno sólo puede detenerse, mirar y dejar que las ideas surjan.

CUESTIONARIO

“Être libre” proporciona una mirada distinta sobre la moda como factor de desarrollo personal en relación con la economía y la pobreza. ¿Podemos considerarlo como una obra de arte o como una colección de moda? ¿Dónde te sitúas, en el diseño o en el arte?


Me gustaría pensar que “être libre” puede ser considerado como una colección de moda y, a la vez, como una obra de arte. Se trata de una colección de moda, porque está concebida como el desarrollo de una única idea que desemboca en un solo conjunto de piezas. Algunas de ellas son utilizables, y en todo caso el cuerpo ofrece el contexto en el que esas piezas cobran sentido. Al ser bastante experimental, y seguir una línea de búsqueda que he desarrollado en el diseño, la pintura y la escultura hace ya algunos años, creo que también puede ser considerado como un proyecto artístico. Se trata de una extensión natural de las cosas que ya he hecho. Obviamente, siempre es complicado para un creador calificar sus propias cosas como “arte”, parece pretencioso. Pero, por otro lado, debo confesar que la frontera entre arte y diseño es algo indefinida, y no creo que el diseño tenga que ser visto como el pariente pobre de las bellas artes. Siempre que veo alguna de las creaciones de Vivienne Westwood, un chaleco Margiela 0 10, o una chaqueta Viktor & Rolf con enormes letras de franela en 3D cosidas en la solapa, sé que estoy ante puro ingenio y bellas artes. ¡Clásicos instantáneos!


Debo confesar que no domino la mayor parte de las técnicas de la moda, apenas sé coser. La comprensión que tengo de la “ingeniería” de una camisa o de unos pantalones la obtengo de la deconstrucción y posterior reconstrucción. Aún así, existe una necesidad de probar y de crear. En última instancia, será el público quien decidirá si aprecia o no mi trabajo, y si aporto algo al arte o al diseño, a pesar de mis limitaciones técnicas. ¡Ya he vendido algunas de mis creaciones, en todo caso, y hasta el momento creo que ninguna de las prendas se ha deshecho!

Uno de los temas que aparecen con más frecuencia en tus obras es la economía, la pobreza y la desigualdad social. ¿Hay una intención social?

A veces, sí, pero no siempre. El proyecto “être libre” fue inspirado por la situación de los inmigrantes y refugiados en el país que patentó la marca “Libertad-Igualdad-Fraternidad”. Sus esperanzas, los nuevos colores y formas que traen a la lengua y la cultura francesa (las comunidades de inmigrantes liberan el lenguaje y la cultura, en la medida en que traen una mayor variedad e interpretaciones nuevas a los códigos sociales y culturales existentes), el hecho de que aquéllos que buscan el estatuto de asilo se encuentran supuestamente en una trayectoria en dirección a la libertad, las referencias a sus culturas originales en las que el hombre está en contacto más directo con la naturaleza y es libre... Como ves, hay aquí un tema social que proporciona la inspiración para un proyecto en el campo del arte/diseño.



Más allá de las cuestiones sociales que puedan servir de inspiración al arte y la moda, hay que referirse también al papel social desempeñado por aquellas dos. Por ejemplo, la moda puede encontrarse subordinada a la distinción de clases, pero también puede constituir un vehículo para promover una mayor integración social. Hoy en día, llevar unos jeans rotos o la cabeza rapada diluye la frontera entre los jóvenes que proceden de familias de bajo y de alto poder adquisitivo, entre los jóvenes más y menos sanos. Creo que es muy bueno jugar con los códigos sociales. Es óptimo que una persona se pueda sentir cómoda en medios diferentes. También me gusta mucho ver en la calle a gente que, aunque pueda no tener grandes poses, demuestra que puede vestirse con un sentido del equilibrio y de la elegancia innovadora sin demasiado esfuerzo. A su vez, la estratificación de clases también asume una dimensión estética, aunque no sea su única expresión. Esto es muy evidente en los filmes de Eric Rohmer, por ejemplo.



Por otro lado, no todo el arte tiene que estar relacionado con cuestiones sociales. Eso podría presionar excesivamente al artista. El proceso creativo puede ser esencialmente una lucha contra los materiales, un ejercicio intelectual de naturaleza particularmente abstracta, o una experiencia puramente hedonística, según creo. Estoy contento de haber pasado por todas esas experiencias.

En los textos con que acompañas tus obras, frecuentemente mencionas a escritores o filósofos (Valéry, Aristóteles) como parte de tus influencias y motivaciones. ¿Cuáles son tus fuentes intelectuales?

Eso depende de lo que esté leyendo en el momento, y depende también de las analogías que hago y las “visiones” que obtengo de mis lecturas y observaciones.

Aprecio particularmente los escritos de filosofía o de ciencias sociales que presentan una clara orientación práctica. En este momento, estoy muy interesado en leer a Santo Tomás de Aquino y a Aristóteles, pero también a algunos pensadores de la Escuela de Salamanca y a algunos escritores del siglo XIX, muy orientados hacia la acción. Muchas veces me centro en ciertas citas, sacándolas fuera de contexto y expandiendo la idea que contienen, atribuyéndoles un significado totalmente nuevo y pensando en sus posibles ramificaciones.

Muchas de mis fuentes intelectuales proceden de otros artistas. A veces, como muchos de ellos hablan poco sobre lo que hacen, tengo que recurrir a escritos sobre su obra (sobre Braque, Resnais, Henze, Nam June Paik, Knussen, Gertrude Stein...) Termino leyendo más ensayos sobre artistas y pensadores que textos originales de ellos.



Mi instalación más reciente (expuesta en el convento de Cristo en Tomar, Portugal) se inspiró en la observación de Aristóteles acerca de que es imposible para una acción política tener en cuenta la distribución desigual de productos entre los hombres en la medida exacta de sus diferencias. Constaté que había ciertas similaridades con una extensión del problema cubista: en vez de captar todas las perspectivas de una naturaleza muerta sobre un solo plano, ¿cómo se proyecta sobre un solo plano la imagen de varios objetos colocados a distancias distintas del observador en rotación?

El cubismo aparece como una fuente de inspiración constante en tu producción.

Recuerdo tener álbumes de Picasso y de Gris desde pequeño. De este modo, no es posible seguir el progreso habitual en el desarrollo de la expresión artística de los niños, porque el niño asume que lo normal es dibujar así. Incluso puede convertirse en su arquetipo. A los dieciocho años estaba buscando mi propio estilo, y descubrí que podía serme útil la búsqueda de los cubistas –cómo representar varias perspectivas simultáneamente en un lienzo bidimensional. Hoy, todavía integro reflexiones sobre color, luz y movimiento en esa línea de investigación



Uno de los aspectos que más me llamó la atención la primera vez que vi tus obras fue la importancia que le concedes al cuerpo humano (incluso al tuyo, a veces), y la presencia de lo anatómico en tus prendas e imágenes. ¿Hay una poética del cuerpo humano en tus obras? ¿Es el cuerpo humano y sus atributos (la resistencia, la fuerza, el poder) un símbolo para ti? ¿Tiene algo que ver con tus actividades como modelo? ¿de qué modo ejercer como modelo ha influido en tu perspectiva artística?

El cuerpo está frecuentemente presente en mis trabajos, y cumple funciones muy diferentes en la pintura y el dibujo, por un lado, y en el diseño de moda, por otro lado.

Probablemente, el tema más frecuente de mis dibujos y construcciones es el desnudo femenino, o el entrelazar el cuerpo del hombre y de la mujer. Incluso las naturalezas muertas contienen referencias a la sensualidad femenina. Por ejemplo, ya Braque y Gris utilizaban la representación estilizada de guitarras o de violines para sugerir el cuerpo femenino. Cuando estoy haciendo naturalezas muertas en tres dimensiones, incluyendo instrumentos musicales, el desdoble del alumninio o el abrir los objetos para exponer su interior ofrece una experiencia sensorial (puedes planear la obra, pero nunca sabes con certeza cuál es la apariencia final y cómo van a reaccionar los materiales), pero también sensual. El erotismo apenas está sugerido. Ocurre lo mismo cuando modelo en barro o en yeso. Por eso, en los museos, prefiero siempre los estudios en yeso a las obras finales en metal: casi podemos experimentar el placer que el artista sintió al modelar esas formas.

Respecto a la moda, me he centrado principalmente en la moda masculina. La perspectiva es, por tanto, completamente diferente. Creo que todas mis prendas son muy “body conscious”. El vestuario es parte de una estrategia de seducción. Y, en ese campo, el cuerpo es un instrumento poderoso. Mientras el cuerpo femenino se revela a través de ropas que revelan o sugieren formas curvilíneas, las prendas masculinas que diseño revelan o sugieren fuerza y poder corporal. De ahí las referencias estilizadas a los deltoides, los abdominales, los cuádriceps... Ya me han dicho que mi trabajo tiene sentido del humor. Es posible. Creo que las personas han visto ese humor en las piezas donde el vestuario (principalmente el vestuario formal) apenas es sugerido: un fragmento de chaleco o una solapa, por ejemplo. En un caso o en otro, el objetivo es el de distinguirse de la multitud, si es posible combinando originalidad y elegancia (que puede ser ultra formal o ultra informal), y siempre con flare y allure masculino. Tiene que ver con crear el máximo impacto visual. También tiene que ver con la imagen que se quiere tener.




La poesía en mi trabajo tiene que ver con la celebración del hombre moderno: libre, igual, en pleno control de su destino –muy en la línea del espíritu que emergió en el renacimiento y a finales del siglo XVIII. Pero la poesía e, incluso, el romanticismo, están asociados a la imagen exagerada del héroe poderoso que salvará a la chica y acabará con ella.

Trabajar como modelo me ayudó a desarrollar la mencionada conciencia del cuerpo y a estar más atento a los detalles de las creaciones (refuerzos, siluetas), y es también una forma de participar en el proceso de creación y de exposición del arte. Particularmente, me gusta mostrar creaciones de nuevos estilistas, porque están en el inicio de su carrera y tienen ideas frescas, todavía bastante libres de restricciones impuestas por el mercado. Desfilar puede ser divertido, pero también es un ejercicio de humildad. El modelo no debe acaparar la atención: el protagonismo ha de ser para la obra de arte que se expone, y en muchos casos el mejor modelo es aquél que se vuelve transparente y permite que la obra de arte cobre vida. El cuerpo y la obra se convierten en una sola cosa. Me gusta la idea de que el cuerpo sea un soporte para mostrar una obra de arte, como una pared donde se cuelga un cuadro. También, por esto, algunas camisas que diseño tienen velcro o ganchos para colgar objetos. En términos generales, aprecio la posibilidad de que el cuerpo sea parte integral del proceso de creación de obras de arte y de “happenings”, como las personas que posan para retratistas, o las que participan en el teatro o en el arte digital. Me gustaría participar en proyectos de arte digital.




Diseñas, pintas, desfilas y llevas a cabo labores de investigación y docencia en el campo de la economía. ¿Hay algún vínculo entre estos campos?

Existen relaciones tanto en términos de sustancia como en términos de proceso.

Respecto a la sustancia, creo que mi trabajo tiene con frecuencia referencias geométricas. En una época me dediqué a estudiar las aplicaciones de la geometría fractal a la economía al mismo tiempo que seguía leyendo cosas sobre cubismo. Pongamos las cosas en los siguientes términos: una pintura sobre tela es bidimensional. Una escultura es tridimensional. Y cuando se añade relieve a una tela, o cuando se intenta reflejar dimensiones múltiples y simultáneas o cuando, incluso, tenemos una construcción en origami desdoblada, ¿qué dimensión obtenemos? Probablemente algo entre dos y tres. Tenemos por tanto una dimensión fraccionaria, fractal. Dimensiones fractales, topografía, topología, planos superpuestos... todo esto forma parte de las ciencias matematizadas y al mismo tiempo de algunas formas de arte.



En lo que respecta al proceso, como profesor siempre me surgió la necesidad de descodificar y de ser pedagógico. Por eso suelo escribir sobre mis proyectos y preparar los textos que acompañan mis exposiciones. Soy consciente de que las palabras no pueden (y no deben) agotar todo lo que encierra la obra de arte, y ninguna forma de comunicación es reductible a otra. Quizás porque existe siempre un importante componente de búsqueda en mi trabajo, siento necesidad de dar al público algunas pistas sobre mi proyecto de investigación: me refiero, principalmente, a mis reflexiones sobre el cubismo. Además, la mayor parte de las veces el público sólo puede ver el resultado final del proceso de creación, la obra de arte terminada, y eso es una pena. Los artistas saben que hay que pasar por fases difíciles y eufóricas cuando se está haciendo una obra. El año pasado presenté en Eslovenia un seminario en la galería Alkatraz llamado “100 años de cubismo”, durante el que hablé sobre el proceso de preparación de trabajos cubistas y sobre la lógica implícita en esas obras, al mismo tiempo que demostraba con cartón, cuerda y hojas de metal cómo ellos llegaban a la obra final. Todo tenía que ver con exponer el proceso. Fue una experiencia fantástica, principalmente por el entusiasmo del público y las cuestiones que suscitó. Recuerdo que era media noche y todavía seguíamos hablando de relaciones con arquitectura, literatura... incluso caligrafía.



Dicho esto, tendemos a desempeñar papeles diferentes en la vida, pero por deparado. Todos nosotros tenemos diferentes relaciones con terceras personas –somos el artista/diseñador, el profesor, el economista, el investigador, el modelo, el amigo, el amante, el voluntario, el compañero de trabajo- todos forman parte de nosotros. Incluso cuando desempeñamos esos papeles por separado, un papel siempre influye en el otro.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy preparando un proyecto en el campo de la moda con Carles López. Él es un diseñador de punto español, y es profesor en el Instituto Europeo di Design. Vivimos en países diferentes, hablamos distintas lenguas y ni siquiera nos conocemos personalmente. Estamos explorando las posibilidades de comunicación a través de los mails y de internet como base para elaborar una colección para hombre. Está relacionado con dos historias de la mitología griega que tienen que ver con la línea –la historia de Penélope y Ulises, y la de Ariadna y Teseo en el Laberinto del Minotauro (de la Suite Vollard) son una fuente de inspiración, como la ópera de Birtwistle. Carles es un diseñador muy profesional y con un sentido de la textura muy apurado, y seguramente voy a aprender mucho trabajando con él.

También estoy preparando una pequeña colección como consecuencia de una reciente visita al Musée d’Orsay. Igual que en una serie de dibujos que hice hace ya algunos años, y donde me inspiré en violentas escenas de Delacroix o Rodin para recontextualizarlas en escenas de amor, he comenzado a dibujar algunas piezas inspiradas ahora en las figuras en yeso de Antoine-Louis Barye, llamadas “Fuerza”, “Justicia”, “Paz”, “Guerra”, etc. Son dimensiones conflictivas que cada hombre lleva dentro de sí mismo. Preveo un “look” final que difiera mucho de mis trabajos anteriores.



Por último, estoy preparando mi participación en la Bienal de Porto Santo, con una escultura en aluminio. Espero todavía proponer un ciclo de cuatro presentaciones sobre cine, cubismo, moda y música, que van a llamarse “Estética visual en Erich Rohmer”, “Una introducción a la poesía cubista”, “Diseño de moda en el Benelux” y “Serialismo integral y música escolástica”.

¿Cómo es tu relación con el sistema artístico y el público?


No me puedo quejar de mi relación con las galerías e instituciones, aunque suela haber dos tensiones latentes, una relacionada con los materiales y otra con la funcionalidad del arte.

La primera vez que entré en una galería de arte y pregunté si querían exponer mi trabajo, me aconsejaron desarrollar las mismas ideas, pero utilizando materiales más nobles. Muchas de mis construcciones y collages inspirados en el cubismo están hechos en papel. Es difícil aceptar que el papel o el cartón sean vistos como materiales de escultura menos nobles que la piedra o el metal. El papel puede durar mucho tiempo si se lo conserva adecuadamente. Tengo un enorme respeto por este material y me gusta mucho trabajar con él.



La moda no suele tener mucha presencia en los espacios de arte, y raramente está considerada como una de las bellas artes. Tenemos prejuicios hacia cosas que ejercen una función cotidiana, es como si fuesen artes menores. El arte es expresión codificada, pero también es funcionalidad. Ser funcional o utilitario no tiene forzosamente que implicar una concesión al decorativismo. A fin de cuentas, la mayoría de las obras son adquiridas, coleccionadas y expuestas en las paredes o en el suelo de los compradores. Como desempeñan una función estética, despiertan un placer estético, incluso aunque sea una referencia a la fealdad física o moral. Me gusta recordar esto a la gente, y exhibir objetos de diseño en galerías, del mismo modo que me gusta mostrar pinturas o dibujos en los sitios más inesperados. ¿Por qué no deberíamos permitir que el arte se exponga en los sitios donde no esperamos encontrarlo? Si somos snobs en lo que respecta al arte, existe el peligro de ignorar dónde va a tener lugar la creación.

Con el público, siempre me interesa recibir su feedback. Algunos artistas se enorgullecen de crear sin tener en cuenta a sus espectadores, pero yo creo que la obra de arte asume una forma que va más allá de su materialidad y de los significados que el artista le atribuye. Un artista debe admitir que una obra de arte también es un concepto, y las interpretaciones del público forman parte de ese todo, incluso aunque el artista no esté de acuerdo o las encuentre molestas. También por esto la obra de arte tiene una existencia que es exterior y que trasciende a su creador.

+info:
http://www.iqons.com/Erikk
http://www.geocities.com/too.erik4u/
http://www.thestylemansion.com/pages/Designer_Ties/2848

LUKAS BEYELER



Suizo.

Nació en Lausanne en 1980.

Vive y trabaja en Zurich.


En ocasiones, uno se topa con artistas en los que el talento parece surgir de manera natural, espontánea, sin esfuerzo. Quizás detrás de esa imagen haya años de formación, búsqueda estética, experimentación, ensayo-error o tentativas frustradas, pero estos elegidos parecen haber dejado muy atrás esas etapas, y surgen a nosotros seguros, brillantes, con la magnífica insolencia que en un artista da la juventud. Lukas Beyeler, si no es ya una de esas figuras, parece destinado a serlo. Nacido en Lausanne (Suiza) en 1980, se graduó en Artes Visuales en la École Cantonale d'Art de Lausanne (ECAL), donde su proyecto de fin de carrera fue galardonado con el Premio de la Fundación Ernest Manganel 2005. Desde entonces vive en Zurich, y sus obras han sido expuestas en París, Zurich, Viena o Ciudad del Cabo.

Arte híbrido (como lo definió admirativamente su compatriota John Armleder) y sorprendente, las obras de Beyeler sugieren una conexión y una relativización de la distancia entre el arte contemporáneo y la cultura popular. Su medio natural es el video y la instalación, y su estética bebe del pop, el manga, el videoclip, los videojuegos o el kitsch. La diferencia con otros artistas (por ejemplo el estéticamente cercano Martín Sastre) se basa en que Beyeler no adopta formatos pop como la fotografía publicitaria o el videoclip, sino que integra esa estética en medios de expresión puramente artísticos, como el vídeo en bucle. Es en la repetición de rituales donde Beyeler sitúa la trascendencia de una estética visual que podría resultar trivial. En Versailles no bara, tomando como pretexto un manga japonés ambientado en la Francia prerrevolucionaria, Beyeler sitúa ante una imagen fija del Palacio de Versalles una duplicación de sí mismo que se cuenta una y otra vez un inquietante secreto. Hit Machine, de 2003, convierte un coche patrulla en una especie de performance discotequera. Nugasé! Panik Mahjong plantea un enfrentamiento estratégico y sexual en torno a una mesa de Mahjong.




Una de sus obras más recientes, ‘Heidi oh~!”, crea una situación a medio camino entre la realidad virtual, el subconsciente y la realización de la fantasía a través de la tecnología. También la posibilidad de la existencia en un espacio meramente visual e interactivo es la base de Gita-o-hiku Rhythm Battle.



En otras ocasiones (Empty Dreams), construye una estancia que elimina la noción de espacio a través de la repetición de un elemento fotocopiado. A través de todo ello, Beyeler reflexiona sobre la trascendencia de un lenguaje pretendidamente vacuo, sobre la necesidad del entretenimiento como medio de afirmación y búsqueda de la identidad y, en última instancia, sobre las transformaciones que actualmente vive el mundo del arte. En medio de nuevos proyectos, Lukas Beyeler ha encontrado un rato para contestar a nuestro cuestionario.



CUESTIONARIO


Tu trabajo está lleno de referencias a los videojuegos, el cómic, el pop... ¿Cuál es la relación entre “alta cultura” (tu trabajo, el arte) y la cultura del ocio y el entretenimiento de masas?


En principio yo pienso que “la masa” sólo se interesa por la cultura de masas, del ocio, de la diversión, etc. Por otro lado, la alta cultura desprecia esta misma cultura situándose en un nivel que se define como “superior”. Sin embargo, con el tiempo, siempre llega un momento en el que la cultura de masas pasa al otro lado de la barrera y se convierte en algo que todos consideran “Cultura”. En un primer momento, yo me pregunto si ya se puede hablar de “cultura de la diversión”, si este término existe realmente, y cómo puedo yo emplearlo en mis propios trabajos. No creo que el Arte sea hoy tan elitista como antes, pero ¿es el arte quien se abre a la masa o bien la masa quien por iniciativa propia se abre al arte? Este último año, cuando pasé por la Art-Basel, debo confesarte que tuve realmente la impresión de encontrarme en un parque temático. Puede que el museo de arte contemporáneo esté en proceso de convertirse en un micro-Disneyland. A través del arte, yo no reflexiono obsesivamente acerca de esta dicotomía, y de hecho me inspiro en ambos. La cultura de masas es simplemente un tema recurrente para mí. Al fin y al cabo, todos somos parte de ella.



¿Hay un elemento específicamente suizo en tus obras? ¿Cómo lo relacionas, en el caso de que lo haya, con la cultura oriental en general, y japonesa en particular, muy importante en tus obras?

No creo que haya elementos “suizos” en mis trabajos, aparte del video ‘Heidi oh~!, donde lo que precisamente hago es hablar de Suiza y de todos sus clichés. Japón siempre me ha inspirado, y ha sido así desde mi infancia. Por supuesto, ha habido una gran influencia de toda la maquinaria japonesa que se emitía en la televisión de los años 80-90, pero al fin y al cabo, ¿hay algo más inspirador que Japón a la hora de ilustrar la cultura de masas? La relación entre Suiza y Japón es un espejo que refleja a la vez lo que me inspira y lo que yo mismo soy. Los trabajos salen como salen, no controlas todos los elementos que te influyen, simplemente están ahí, a tu lado sin que te des cuenta.


He observado que el cuerpo (tu cuerpo, el de los modelos, el de los actores) desempeña un papel muy importante en tu arte y en tu imaginario. ¿Esto podría considerarse como una cuestión de narcisismo, erotismo, o simplemente la búsqueda de lo humano y lo orgánico frente a la tecnología?

Para decirte la verdad, yo creo que una obra sin un sujeto humano, una representación del hombre o un personaje no me provoca tanta emoción. No hay nada narcisista en ponerse en escena, en utilizarse o utilizar el propio cuerpo de una manera muy lógica y directa para transmitir a los otros lo que hay en ti. La palabra “erótico” me da mucha pereza, encuentro que hablar de “arte erótico” es peyorativo, simplista y reduccionista.



¿Cuáles son tus referencias artísticas, culturales y visuales?

En lo que se refiere al arte contemporáneo, artistas como Yagi Noda, Mariko Mori, John Armleder me fascinan. Pero como no hago arte autorreferencial, mi inspiración procede de la vida cotidiana, y no esencialmente de lo que encuentro en los museos. El arte en general me inspira, pero me inspiran más las personas que hay a mi alrededor.

¿Qué opinas acerca del sistema artístico de hoy en día? ¿Es sencillo para un artista como tú vender tus obras en este mercado?


No, en realidad no es nada sencillo, no conozco a demasiados artistas de mi edad que vivan esencialmente de su arte. Yo tampoco puedo tener la pretensión –ni la suerte- de decir eso. ¡Puedo asegurarte que vender un video en una galería no es el medio más rápido si quieres ganar dinero! A eso hay que añadir, además, que el mercado del arte no te acoge con los brazos abiertos. Es un medio bastante cerrado que se auto reafirma apostando por valores seguros. No son los de más talento los que triunfan, pero una vez que has entrado en el circuito, todos te quieren y todo puede ir extremadamente rápido. Esto me recuerda a esa canción de Marilyn Manson, “The Dope Show”, ¿recuerdas?: They love you when you’re on all the covers, when you’re not they love another”. Es tan sencillo como cualquier otro negocio, el arte contemporáneo no escapa a la “starificación”



¿Por qué empleas el video y la instalación? ¿piensas seguir ese camino?


Utilizo el video porque, junto a la fotografía, es el medio que más me dice. Creo que el video es verdaderamente algo de mi generación, próximo a nuestro tiempo, próximo a la tecnología, pero también cercano a la televisión y, por tanto, a la masa. Por ejemplo, adoro la pintura, me fascina y me inspira enormemente, pero viendo un cuadro inmediatamente imagino un video en mi cabeza. Y no pidas que pinte un lienzo, porque el resultado me frustraría enormemente. En realidad, tú no eliges el medio sobre el que te expresas, estas cosas surgen naturalmente y cada uno tiene un medio en el que se expresa mejor. Poco importa si se trata del sonido, la danza, la pintura o la escritura, lo importante es que salga, ¿no?



Háblanos acerca de tus próximos proyectos...

¿Sabes?, la estética y las temáticas de mis trabajos se repiten mucho en mi caso, y de hecho en ocasiones tengo la impresión de trabajar siempre sobre los mismos proyectos una y otra vez. En este momento preparo una edición, una especie de libro con fotos y textos. También he comenzado a filmar a las prostitutas que viven bajo el sitio en que vivo, me gusta el lado espontáneo de las escenas de su vida. Esto quizás dé lugar a una especie de corto documental.



+ info:

http://www.lukasbeyeler.com/

http://www.myspace.com/lukas_lux