LUKAS BEYELER



Suizo.

Nació en Lausanne en 1980.

Vive y trabaja en Zurich.


En ocasiones, uno se topa con artistas en los que el talento parece surgir de manera natural, espontánea, sin esfuerzo. Quizás detrás de esa imagen haya años de formación, búsqueda estética, experimentación, ensayo-error o tentativas frustradas, pero estos elegidos parecen haber dejado muy atrás esas etapas, y surgen a nosotros seguros, brillantes, con la magnífica insolencia que en un artista da la juventud. Lukas Beyeler, si no es ya una de esas figuras, parece destinado a serlo. Nacido en Lausanne (Suiza) en 1980, se graduó en Artes Visuales en la École Cantonale d'Art de Lausanne (ECAL), donde su proyecto de fin de carrera fue galardonado con el Premio de la Fundación Ernest Manganel 2005. Desde entonces vive en Zurich, y sus obras han sido expuestas en París, Zurich, Viena o Ciudad del Cabo.

Arte híbrido (como lo definió admirativamente su compatriota John Armleder) y sorprendente, las obras de Beyeler sugieren una conexión y una relativización de la distancia entre el arte contemporáneo y la cultura popular. Su medio natural es el video y la instalación, y su estética bebe del pop, el manga, el videoclip, los videojuegos o el kitsch. La diferencia con otros artistas (por ejemplo el estéticamente cercano Martín Sastre) se basa en que Beyeler no adopta formatos pop como la fotografía publicitaria o el videoclip, sino que integra esa estética en medios de expresión puramente artísticos, como el vídeo en bucle. Es en la repetición de rituales donde Beyeler sitúa la trascendencia de una estética visual que podría resultar trivial. En Versailles no bara, tomando como pretexto un manga japonés ambientado en la Francia prerrevolucionaria, Beyeler sitúa ante una imagen fija del Palacio de Versalles una duplicación de sí mismo que se cuenta una y otra vez un inquietante secreto. Hit Machine, de 2003, convierte un coche patrulla en una especie de performance discotequera. Nugasé! Panik Mahjong plantea un enfrentamiento estratégico y sexual en torno a una mesa de Mahjong.




Una de sus obras más recientes, ‘Heidi oh~!”, crea una situación a medio camino entre la realidad virtual, el subconsciente y la realización de la fantasía a través de la tecnología. También la posibilidad de la existencia en un espacio meramente visual e interactivo es la base de Gita-o-hiku Rhythm Battle.



En otras ocasiones (Empty Dreams), construye una estancia que elimina la noción de espacio a través de la repetición de un elemento fotocopiado. A través de todo ello, Beyeler reflexiona sobre la trascendencia de un lenguaje pretendidamente vacuo, sobre la necesidad del entretenimiento como medio de afirmación y búsqueda de la identidad y, en última instancia, sobre las transformaciones que actualmente vive el mundo del arte. En medio de nuevos proyectos, Lukas Beyeler ha encontrado un rato para contestar a nuestro cuestionario.



CUESTIONARIO


Tu trabajo está lleno de referencias a los videojuegos, el cómic, el pop... ¿Cuál es la relación entre “alta cultura” (tu trabajo, el arte) y la cultura del ocio y el entretenimiento de masas?


En principio yo pienso que “la masa” sólo se interesa por la cultura de masas, del ocio, de la diversión, etc. Por otro lado, la alta cultura desprecia esta misma cultura situándose en un nivel que se define como “superior”. Sin embargo, con el tiempo, siempre llega un momento en el que la cultura de masas pasa al otro lado de la barrera y se convierte en algo que todos consideran “Cultura”. En un primer momento, yo me pregunto si ya se puede hablar de “cultura de la diversión”, si este término existe realmente, y cómo puedo yo emplearlo en mis propios trabajos. No creo que el Arte sea hoy tan elitista como antes, pero ¿es el arte quien se abre a la masa o bien la masa quien por iniciativa propia se abre al arte? Este último año, cuando pasé por la Art-Basel, debo confesarte que tuve realmente la impresión de encontrarme en un parque temático. Puede que el museo de arte contemporáneo esté en proceso de convertirse en un micro-Disneyland. A través del arte, yo no reflexiono obsesivamente acerca de esta dicotomía, y de hecho me inspiro en ambos. La cultura de masas es simplemente un tema recurrente para mí. Al fin y al cabo, todos somos parte de ella.



¿Hay un elemento específicamente suizo en tus obras? ¿Cómo lo relacionas, en el caso de que lo haya, con la cultura oriental en general, y japonesa en particular, muy importante en tus obras?

No creo que haya elementos “suizos” en mis trabajos, aparte del video ‘Heidi oh~!, donde lo que precisamente hago es hablar de Suiza y de todos sus clichés. Japón siempre me ha inspirado, y ha sido así desde mi infancia. Por supuesto, ha habido una gran influencia de toda la maquinaria japonesa que se emitía en la televisión de los años 80-90, pero al fin y al cabo, ¿hay algo más inspirador que Japón a la hora de ilustrar la cultura de masas? La relación entre Suiza y Japón es un espejo que refleja a la vez lo que me inspira y lo que yo mismo soy. Los trabajos salen como salen, no controlas todos los elementos que te influyen, simplemente están ahí, a tu lado sin que te des cuenta.


He observado que el cuerpo (tu cuerpo, el de los modelos, el de los actores) desempeña un papel muy importante en tu arte y en tu imaginario. ¿Esto podría considerarse como una cuestión de narcisismo, erotismo, o simplemente la búsqueda de lo humano y lo orgánico frente a la tecnología?

Para decirte la verdad, yo creo que una obra sin un sujeto humano, una representación del hombre o un personaje no me provoca tanta emoción. No hay nada narcisista en ponerse en escena, en utilizarse o utilizar el propio cuerpo de una manera muy lógica y directa para transmitir a los otros lo que hay en ti. La palabra “erótico” me da mucha pereza, encuentro que hablar de “arte erótico” es peyorativo, simplista y reduccionista.



¿Cuáles son tus referencias artísticas, culturales y visuales?

En lo que se refiere al arte contemporáneo, artistas como Yagi Noda, Mariko Mori, John Armleder me fascinan. Pero como no hago arte autorreferencial, mi inspiración procede de la vida cotidiana, y no esencialmente de lo que encuentro en los museos. El arte en general me inspira, pero me inspiran más las personas que hay a mi alrededor.

¿Qué opinas acerca del sistema artístico de hoy en día? ¿Es sencillo para un artista como tú vender tus obras en este mercado?


No, en realidad no es nada sencillo, no conozco a demasiados artistas de mi edad que vivan esencialmente de su arte. Yo tampoco puedo tener la pretensión –ni la suerte- de decir eso. ¡Puedo asegurarte que vender un video en una galería no es el medio más rápido si quieres ganar dinero! A eso hay que añadir, además, que el mercado del arte no te acoge con los brazos abiertos. Es un medio bastante cerrado que se auto reafirma apostando por valores seguros. No son los de más talento los que triunfan, pero una vez que has entrado en el circuito, todos te quieren y todo puede ir extremadamente rápido. Esto me recuerda a esa canción de Marilyn Manson, “The Dope Show”, ¿recuerdas?: They love you when you’re on all the covers, when you’re not they love another”. Es tan sencillo como cualquier otro negocio, el arte contemporáneo no escapa a la “starificación”



¿Por qué empleas el video y la instalación? ¿piensas seguir ese camino?


Utilizo el video porque, junto a la fotografía, es el medio que más me dice. Creo que el video es verdaderamente algo de mi generación, próximo a nuestro tiempo, próximo a la tecnología, pero también cercano a la televisión y, por tanto, a la masa. Por ejemplo, adoro la pintura, me fascina y me inspira enormemente, pero viendo un cuadro inmediatamente imagino un video en mi cabeza. Y no pidas que pinte un lienzo, porque el resultado me frustraría enormemente. En realidad, tú no eliges el medio sobre el que te expresas, estas cosas surgen naturalmente y cada uno tiene un medio en el que se expresa mejor. Poco importa si se trata del sonido, la danza, la pintura o la escritura, lo importante es que salga, ¿no?



Háblanos acerca de tus próximos proyectos...

¿Sabes?, la estética y las temáticas de mis trabajos se repiten mucho en mi caso, y de hecho en ocasiones tengo la impresión de trabajar siempre sobre los mismos proyectos una y otra vez. En este momento preparo una edición, una especie de libro con fotos y textos. También he comenzado a filmar a las prostitutas que viven bajo el sitio en que vivo, me gusta el lado espontáneo de las escenas de su vida. Esto quizás dé lugar a una especie de corto documental.



+ info:

http://www.lukasbeyeler.com/

http://www.myspace.com/lukas_lux

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