JUAN GALLEGO





Entrar al estudio de un pintor tiene algo de intemporal. Los muebles, la decoración, la forma de la habitación pueden cambiar; sin embargo, el pincel, el lienzo y el óleo siempre permanecen, y su presencia es el indicio de que entre esas cuatro paredes se lleva a cabo una actividad, casi un culto ritual que en más de cinco siglos apenas ha cambiado y que mantiene intacto su credo principal: plasmar, sobre una superficie vacía, una visión del mundo.

Juan Gallego (Madrid, 1972) ha pasado muchas horas dentro de su estudio, que ahora recorre con la mirada mientras me enseña unos cuadros que, contra la pared, esperan ser llevados a la galería Fernando Pradilla, que los vende desde 2003. “Tiene que haber un mercado”, comenta. “El mundo se mueve por el comercio. Si las cosas se hacen y nadie las quiere para nada, puedes hacer cuatro, cinco o diez cuadros pero, llegado un momento, tu almacén llegará a su propio límite y no podrás seguir pintando. El vender tiene un aspecto negativo cuando, para agradar al mercado, tienes que hacer cosas que odias. Ése es el problema. Pero si haces lo que quieres y, además, existe un mercado para eso, ¿cuál es el problema?”. Y, en efecto, la pintura de Juan Gallego tiene un mercado. Sus cuadros se venden, va camino de su segunda exposición individual y ya ha pasado por ferias como ARCO. Es profesor de Bellas Artes. Y, para colmo, pinta lo que quiere.


La primera reacción ante uno de sus cuadros, sobre todo si se miran desde lejos, es la de creer que nos encontramos ante una fotografía ampliada. Es acercándose al lienzo cuando uno aprecia las pinceladas, los colores y los detalles que nos indican que lo que tenemos ante nosotros es un cuadro que, además, sorprende y fascina. Al principio de su carrera, al terminar Bellas Artes, Juan pintaba detalles copiados de fotografías de insectos. Las fotos procedían de revistas científicas o de un centro de microscopía al que tenía acceso. Luego trasladaba esas imágenes a enormes lienzos. Las formas violentas y ásperas de los motivos originales cobraban, al aumentar el tamaño y elegir determinados encuadres, una curiosa plasticidad, un cierto grado de abstracción y, sobre todo, una innegable belleza. Y esto, aunque parezca obvio, era ya toda una declaración de intenciones.


Después de los insectos, llegaron los tiovivos. Estos emblemas de la diversión y la infancia, despojados de presencia humana, cobraban un aire melancólico e inquietante. Nuevamente a partir de fotografías, Juan pintaba distintos detalles de los carruseles, hasta que se empezó a fijar en los fondos de las imágenes, que mostraban, debido a la óptica fotográfica, formas difusas, inconcretas, fantasmales. El siguiente paso fue aislar esas formas y convertirlas en protagonistas de nuevas obras. Gracias al desenfoque, el resultado se acercaba enormemente a la abstracción, pero sin perder la corporeidad que le otorgaba un referente real: “Desde entonces siempre he seguido ese juego: el enfoque y el desenfoque, que la forma sea hasta cierto punto reconocible, un término a medio camino entre la abstracción y lo figurativo”, me dice Juan, y es en este estilo en el que parece haber encontrado su propio forma de pintar, que se va adaptando a los distintos temas. Ahora, por ejemplo, las flores.


Produce extrañeza un pintor contemporáneo cuyo motivo sean las flores. Tema clásico desde la antigüedad, podría decirse que las posibilidades pictóricas de los motivos vegetales están más que agotadas. Sin embargo, el arte de Juan Gallego da una vuelta de tuerca más, y propone una visión totalmente original. Nuevamente a partir de modelos fotográficos, lo interesante es comprobar cómo logra unas imágenes espectaculares y llamativas que, en el fondo, reproducen flores convencionales que apenas nos llaman la atención cuando las vemos cada día. Esta temática, adoptada en su día por artistas como Georgia O’Keeffe, que también ampliaba las formas hasta volverlas irreconocibles, sufre en la obra de Juan Gallego un proceso enormemente personal. La técnica ha evolucionado hasta constituir un primer plano enfocado y una transición hacia un fondo borroso, que establece una tridimensionalidad en la que los perfiles cortantes de las espinas o las hojas secas se mezclan con formas desdibujadas y casi evanescentes. Juan Gallego recorre, de este modo, su propio camino hacia la abstracción, hacia la sugerencia a través de la forma, pero sin perder nunca un referente real que no llega a ser hermético: aunque no sepamos exactamente de dónde procede la imagen, reconocemos la estructura y los colores de las plantas, dando lugar al retrato de una naturaleza imaginaria, onírica y enormemente seductora.


La mayor trasgresión y originalidad de Gallego consiste, probablemente, en reivindicar un tipo de arte a contracorriente de las tendencias artísticas que dominan el mercado actualmente. Pinta flores, cuando las flores son habitualmente vistas como un motivo propio de principiantes. Trabaja a partir de fotografías, y lo “ortodoxo” es pintar del natural”. Y, por último, pinta cuadros, cuando parece que la pintura ha llegado a un momento de saturación en el que todo está hecho y lo “moderno” es desarrollar nuevos soportes como el vídeo, la impresión digital o la instalación. Por suerte, Juan Gallego lo tiene claro: “la foto es una herramienta para emplear como se quiera. Lo que yo hago no se puede pintar del natural. Un alga debajo del agua no se puede pintar del natural. ¿Por qué no puedo pintar un alga debajo del agua? No tiene sentido. Si el cuadro al final está bien, da igual cómo lo haya hecho”. Además, en una época en la que algunos quieren ver aún el nacimiento de una revolución en la pintura, Juan defiende la libertad creativa del artista y el avance del arte a través de las visiones personales, de las nuevas miradas sobre el mundo. No es casualidad que, cuando se le pregunta por sus referencias pictóricas en el arte actual, mencione a Lucien Freud y Jenny Saville. Cuando la abstracción, el minimalismo y la pérdida de referente físico eran la corriente dominante, estos autores británicos propusieron un arte ferozmente orgánico, una vuelta a la figuración y al más antiguo tema pictórico (la figura humana), que ellos reinterpretaron para dar lugar a algunas de las obras más importantes e interesantes de las últimas décadas.


Además, Juan Gallego se empeña en crear un arte de la belleza: “lo que reclamo es que el arte puede ser bello. Obviamente, no tiene que ser bello por sistema, y hay muchas formas de belleza. Hay que abrir el campo, pero no para mantenerlo cerrado reemplazando un canon por otro”. Y, por otro lado, reivindica la pintura como actividad material, como manipulación de un elemento físico y, sobre todo, como actividad de disfrute: “para mí hay un disfrute en esa fabricación. Yo pinto porque me lo paso bien pintando. Por eso me dedico a esto”. Y hay que reconocer que ese placer es patente sobre el lienzo. Contemplar los cuadros de este joven artista es una experiencia altamente recomendable, un ejercicio de placer estético y un reencuentro con la esencia de la pintura: un lienzo, unas pinceladas y, misteriosamente, una mirada que revela, una vez más, la imagen terrible y estremecedoramente hermosa del mundo.




Reportaje publicado originalmente en enStock #8.

+info: http://juangallegopintura.blogspot.com/

2 comentarios:

Tris dijo...

Jo, me ha encantado recorrer tu blog, aún tengo que leer algunas entradas en profundidad, pero después de años de estudiar inglés puedo decir que "mi likey!".
Prometo pasearme por aquí a menudo.

Tris dijo...

;)
La web de la gallery tiene aspecto un poco de "batiburrillo" porque en principio la cosa no iba a ser tan "profesionalsofisticado" como al final la línea de la directora ha acabado siendo. De hecho la estamos rehaciendo, aunque los artistas van a ser aprox. lo mismo, que al final supongo que es lo que importa.
Oye, si te pasas por BCN déjame un mensaje y te recomiendo cositas!
PS: Gallego es de esos a los que nos encantaría tener en la lista de artistas... Pero trabaja muy bien con Fernando Pradilla, así que... No es posible. Me encanta la reflexión que hace sobre el mercado!!